¡AVISO! Una y otra vez aparecerá ante ti esa supuesta fórmula magistral, ese alimento innovador que parece que curará todos tus males. Lo siento, no existe, es marketing. Igual de absurdo es empezar la casa por el tejado que incorporar un complemento alimenticio sin tener unos buenos hábitos saludables (y salud no es solo comida, por cierto).
Entonces, ¿los superalimentos no existen? Existen alimentos que pueden beneficiarte consumidos de forma habitual, pero no harán nada si no se consumen como un "complemento" para tu alimentación saludable.
Cuando ponemos el foco en un alimento, una cura revolucionaria, desatendemos lo más primordial. Me atrevería a decir incluso que "calmamos" nuestra culpa pensando que "compensamos" unos malos hábitos con el consumo de un superalimento o complemento (tratado en ese momento como suplemento).
Antes de pasar a hablarte de algunos superalimentos muy trendies, me gustaría que te hicieses las siguientes preguntas:
¿Consumes un mínimo de 3 frutas diarias?
¿Consumes un mínimo de 2 verduras diarias?
¿Te hidratas de forma constante?
¿Los cereales que consumes son en un 90% integrales y no refinados?
¿Haces un consumo de proteínas de origen vegetal un mínimo de 3 veces a la semana?
¿Consumes menos de 4 copas de vino o cerveza a la semana?
¿Disfrutas de la comida, sin prejuicios ni culpas a posteriori?
Solo cuando la respuesta a todas esas preguntas sea un sí consistente, deberías empezar a plantearte la incorporación de algunos de esos alimentos supuestamente "revolucionarios". Ahora sí, y después de esta chapita de sacerdotisa, voy con ellos:
AÇAÍ. Es rico en antioxidantes y Omega 3, 6 y 9. Puedes incorporarlo en el desayuno con el yogur. No obstante, los mejores antioxidantes se encuentran en la vitamina A y E, principalmente en frutas y verduras naranjas y hojas verdes (como las espinacas). Igualmente, los ácidos grasos 3 y 6 (que deben estar en equilibrio, no interesa enfocarse en el 3 y perder de vista el 6) los encontramos en pescados azules, pero también en huevo o semillas de lino, sésamo, girasol y calabaza.
ESPIRULINA. Está muy de moda por su efecto saciante, y personalmente creo que el mundo de los zumos verdes ha hecho mucho daño. Es rica en vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos saludables.
SEMILLAS DE CHÍA. Ricas en calcio, fibra y Omega 3. El calcio lo encuentras también en lácteos y hoja verde; y la fibra en general en frutas y verduras. ¡Ah! Si vas a consumir estas semillas, acuérdate de dejarlas en remojo mínimo 1h antes para "activarlas".
TÉ MATCHA. Rico en polifenoles, que durante un tiempo se pensaron que eran esenciales (y por eso se denominaron vitamina P) pero luego se reclasificaron. No son esenciales, pero colaboran como antioxidante. Favorece la inmunidad y es bueno para la salud cardiovascular.
CÚRCUMA. El gran antiinflamatorio, importante "activar" este poder añadiendo siempre un poquito de pimienta y acompañándola de una grasa saludables (leche, yogur...) para conseguir que llegue hasta nuestro intestino delgado y en consecuencia a nuestra sangre. Es un buen antioxidante.
LEVADURA NUTRICIONAL. Rico en vitamina B y aminoácidos (microsustancias que componen las proteínas). Es un buen complemento para incorporar en cremas o ensaladas y así incorporar una buena ingesta proteica.
Ah! y que no te engañen, un superalimento nunca podrá convertir un alimento ultraprocesado en saludable.
¿Y si en vez de concentrarnos en los superalimentos, pensásemos en los hábitos?
Te deseo un muy feliz día.
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