A menudo, cuando pensamos en la ansiedad, entendemos que es algo que se detona de fuera a dentro. Es decir, pensamos que consiste en que sucede algo fuera que en mi produce ansiedad.
Sin embargo, el sistema no siempre es así, nuestra reacción dependerá de creencias y pensamientos que van a condicionar cómo me siento y en consecuencia mi ansiedad.
Además, en el caso de la comida también hay un pensamiento colectivo que piensa (valga la redundancia) que la secuencia es: HECHO - ANSIEDAD (reacción) - ALIMENTACIÓN. Peeeeero en este caso tengo que decirte que no solo no es así sino que de hecho la carretera que une tu ansiedad con tu alimentación es una vía de doble sentido: viene y va.
Cris, ¿me estás diciendo que según lo que coma esto puede aumentar tu ansiedad?
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Por eso, te cuento aquí que es lo que debes evitar cuando estás en un pico de estrés o emocionalmente muy alterada:
ALCOHOL. El alcohol nos anestesia el cerebro; pero amiga, esto no es en balde. Pan para hoy... hambre para mañana. Después del aparente subidón se produce el consecuente bajón, y esto solo generará más ansiedad y angustia. En este caso, elige alguna bebida como la kombucha que te aporte algo de energía y que te guste.
AZÚCAR. El azúcar es una sustancia súper adictiva para tu organismo, y en un momento de estrés puede parecer una buena idea para calmarte. Créeme, no lo es. El azúcar te activará el sistema de recompensa haciendo que no puedas parar. Aquí te dejo este vídeo donde lo explico.
HARINAS REFINADAS. En tu cuerpo, las harinas refinadas se comportan de manera similar al azúcar. Entran en tu organismo y se descomponen en glucosa. ¡Por eso son tan adictivas! Para eso, te recomiendo que las elimines de tu despensa para que cuando aparezca esa necesidad de pan, dulces o bollos puedas abstenerte y optar por una alternativa más saludable como un mugcake.
GRASAS ULTRAPROCESADAS. En momentos de estrés tu cuerpo va a pedirte aquello que le ayude a sobrevivir: azúcar y grasas. Pero las grasas pueden ser de muchos tipos y definitivamente hay algunas que son mucho peores que otras. Las grasas de los alimentos ultraprocesados generan una gran adicción, una disbiosis de tu microbiota y un aumento del estrés.
Si quieres saber cómo mejorar tu hambre emocional, estaré el 10 de mayo en Madrid impartiendo un taller sobre alimentación y estrés, donde aprenderás sobre cómo mejorar tu relación con la comida y adquirirás herramientas súper útiles para superar estos momentos.
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