Ay, las navidades, cuánta intensidad.
Sólo de pensar en estas fiestas me entusiasmo y me agoto a partes iguales, no sé si soy la única, pero me canso de pensar en encuentros, comidas, regalos...
Sin embargo, muchas veces entramos en un bucle en el que el agotamiento mental nos hace elegir una mala alimentación, y esta nos agota más, y acabamos metidas en este círculo vicioso del que tantas veces queremos salir.
Aunque vayamos a estar rodeadas de gente, incluso presionadas por comer cosas que sabemos que no son las mejores, creo que el tener algunos alimentos salvavidas para estos días puede ser una buena idea. Por eso, he creado esta lista de alimentos que nos protegerán a nosotras y a nuestra microbiota estas Navidades. Vamos con ello:
Kéfir. Parece que me han hecho embajadora del kéfir, y prometo que no es así. Pero es que es uno de los mejores alimentos probióticos que hay. Probiótico significa que es un alimento fermentado, por lo que contiene bacterias que van a ayudar a repoblar nuestra microbiota. Si quieres elegir bien tu kéfir, aquí te dejo una pequeña guía sobre lácteos.
Avena. La avena es un cereal rico en fibra y proteína, que nos sacia y que tiene muchas formas de prepararse. Si eres de las que cree que los hidratos son malos, te equivocas. Y una buenísima forma de conseguir alimentar a nuestras bacterias buenas es a través de fibra fermentable. Recuerda lavar la avena antes de cocinarla o tomarla cruda.
Plátano. El plátano es otro alimento prebiótico, prebiótico significa que es comida para nuestras bacterias intestinales. El plátano, cuanto más verde, mejor para nuestra microbiota.
Boquerones. Los boquerones son uno de los mejores pescados azules que hay, pequeñitos pero matones. Ricos en ácidos grasos Omega 3, conseguirán desinflamarte y ayudarte con las digestiones. Puedes tomarlos en vinagre si no tienes problemas de estómago, pero si los compras en conserva mejor que sean de pescadería y previamente congelados.
¿Y tú? ¿Qué alimentos te parecen imprescindibles para tus digestiones estas fiestas? ¡Cuéntamelo!